China confinó el martes a los cinco millones de habitantes de la ciudad central de Anyang para contener un brote de la contagiosa variante ómicron de la COVID-19, informó la prensa estatal.
Las autoridades de Anyang anunciaron la medida la noche del lunes, cuando ordenaron a los residentes permanecer en casa y no circular en vehículos particulares, informó la agencia estatal Xinhua.
Todos los comercios no esenciales fueron cerrados y se lanzó una campaña de pruebas masivas «para responder a la severa situación de control epidémico y evitar estrictamente la propagación del brote del virus ómicron», publicó la agencia.
Los casos de Anyang, en la provincia de Henan, están ligados a un foco contagioso en la ciudad norteña de Tianjin, a 400 kilómetros de distancia.
Brote en Anyang
La red estatal CCTV reportó el martes 58 casos nuevos en Anyang, aunque no quedó claro cuántos de ellos están asociados a la variante ómicron. El total de contagios en la ciudad subió a 84 desde el sábado.
Anyang ya había restringido los viajes fuera de sus límites, que según las autoridades es para «asegurar que el brote no se propague» a zonas circundantes.
China, que en el primer semestre de 2020 había ya controlado en gran parte el virus aparecido en diciembre de 2019 en el centro del país, sigue una política de cero COVID basada en cierres focalizados, restricciones fronterizas y cuarentenas prolongadas. (AFP)
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