San Bartolomé. Este año se celebra el 70 aniversario del descubrimiento científico del último bosque nuboso costero de Lima, ubicado en Huarochirí.
En la periferia de Lima este, y a pocos minutos de Chosica, sobrevive uno de los últimos bosques nubosos costeños: un pedazo de selva tropical ubicado en la costa peruana y muy cerca del mar. Se trata del Bosque de Zárate, que este año celebrará los 70 años de su descubrimiento científico a cargo de María y Hans-Wilhelm Koepcke.
Como se recordará, ambos científicos fueron pioneros de la ornitología en el Perú, pero fallecieron trágicamente hace medio siglo cuando el avión en el que viajaban se precipitó en una zona desconocida de la selva. Días después encontraron la nave destruida y se pudo comprobar que la única sobreviviente fue la pequeña Juliane, hallada sana y salva días después de una incansable búsqueda.
Este año, además, el Bosque de Zárate cumplirá su duodécimo aniversario de declaratoria como área natural protegida por el recientemente creado Ministerio del Ambiente, siendo su titular el recordado Antonio Brack Egg.
Una de las entidades que contribuyeron a la conservación del Bosque de Zárate es el Grupo de Apoyo al Desarrollo Sostenible (Gades), liderado por Anabel Dongo Pretel. La organización inició el año con varios proyectos complementarios en las zonas vecinas al bosque, y esta vez con la recuperación de las zonas arqueológicas de Las Chullpas, Señor de Muruhuay y la huaca dedicada al culto de Chaupiñanca, ubicada en el poblado de Mama (hoy Ricardo Palma). Según el Manuscrito Quechua de Huarochirí, Chaupiñanca fue una antiquísima y poderosa deidad femenina vinculada con la fertilidad y la potencia sexual, adorada por mujeres y hombres en toda la zona central andina.
En las zonas altas de Huarochirí, más precisamente en el poblado de San Andrés de Tupicocha, Gades impulsó toda una campaña para la conservación del antiquísimo tejido de shicras, una de las tradiciones textiles más antiguas del mundo andino y que utiliza fibra de maguey para su confección.
“Gades fue impulsora para que la shicra sea declarada Patrimonio Cultural de la Nación, en coordinación con la Dirección de Patrimonio Inmaterial del Mincul. Si no me movilizaba, María Elena del Solar no lo hubiera sustentado. También se logró el 2015 la participación de las tejedoras de Shicras en la feria Ruraq Maki. Desde entonces no han dejado de participar”, recuerda Anabel Dongo.
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