Ciertamente, el 2016, Óscar Medelius apareció como abogado defensor del líder “Barrio King”, Gerson Gálvez Calle. Esta organización tenía el control del tráfico de cocaína a través del puerto del Callao. ‘Caracol’ fue enviado de vuelta a Perú desde Colombia por narcotráfico.
Un asesinato por encargo al norte de Lima
Medelius poco pudo hacer por defender a ‘Caracol’. Los jueces le impusieron 35 años de cárcel, que cumple actualmente en el penal de Challapalca. El 20 de octubre de 2017, otro abogado de ‘Caracol‘, Jaime Coasaca Torres fue acribillado por un sicario, cuando salía de su casa en Surco. Tras las investigaciones, en noviembre del 2019, la policía determinó que su ejecución estuvo a cargo de sicarios de la banda “Los Injertos del Cono Norte”, luego recibir un pago de 50 mil soles desde Colombia.
Óscar Medelius fue acribillado el lunes 10 de enero, por sicarios, en momentos en que, el ex congresista fujimorista, conducía su vehículo por la avenida Universitaria, en Carabayllo, al norte de Lima.
Estos no son los primeros vínculos de Medelius con el narcotráfico. El 2002, La República rastreó los contactos del ex notario del Callao con narcotraficantes del desaparecido Cartel de Cali-Colombia, de los hermanos Rodríguez Orihuela, y narcos peruanos que operaban en el puerto del Callao.
En los archivos de la Brigada de Homicidios de la Policía Metropolitana de Santiago de Chile se encuentra la declaración del ciudadano peruano Jorge Saer Becerra, alias “El Coqui”. Este personaje vinculó a Medelius con un grupo de narcos peruanos que se vieron involucrados con el asesinato del bio-químico Eugenio Berrios, un agente de la dictadura chilena que dirigió un programa para producir gas Sarín, ante la posibilidad de una guerra con el Perú.
Saer Becerra dijo a policías chilenos que fue detenido en Lima por 285 kilos de cocaína y Medelius le dio documentos falsos.
Las declaraciones de un narcotraficante
“ En relación con mi situación, debo declarar que cuando la policía me busca en el Perú y encontrándome prófugo, hablé con mi abogado Oscar Medelius, y éste con el jefe de policía a cargo del operativo. Después me dijo que la única forma de ayudarme era entregando información y ellos me sacaban del país con identidad falsa “, relató Saer.
La policía me dio un pasaporte, libreta electoral y carnet de conducir a nombre de Antonio Saez Rivero, con mi foto. Con la documentación falsa, unos policías me acompañaron al aeropuerto de Lima, viajando con 12 mil dólares a Santiago-Chile, en julio de 1989, dijo Saer.
Al momento de ser interrogado por los agentes de homicidios, Saer se había convertido en un próspero empresario en Santiago de Chile. La policía chilena no pudo relacionarlo con actividades de narcotráfico.
En los expedientes de la policía antidrogas peruana, Jorge Saer era un fugitivo por un caso de narcotráfico que involucró a líderes del partido aprista. Tenía contactos con Willy Cornejo Huallpa, Máximo Bocanegra García y los hermanos Aybar Cancho.
Nuestro vecino del norte, Colombia, es recurrente en el historial de Óscar Medelius.
De panamá hasta Puente Piedra
Los registros públicos de Panamá reportaron que, entre mayo de 1998 y marzo de 1999, Óscar Medelius fundó tres empresas offshore: Camus Enterprises, Bausset Trading y Odessa Universal, a nombre de apoderados, reveló una investigación del portal Convoca. Las offshore se suelen utilizar para ocultar dinero y negocios poco transparentes que se desea que las autoridades no puedan rastrear fácilmente.
Según los registros públicos, las offshore Bausset Trading y Odessa Universal movieron tres millones de dólares para crear en el Perú la empresa Tecnología Nuevo Milenium, que compró un inmueble en Puente Piedra por 14 millones de soles. Medelius declaró que hizo la operación a pedido de uno de sus clientes.
En prisión y Fujimori.
Óscar Medelius fue condenado a seis años de prisión por falsificación de firmas de Perú 2000.
Durante las investigaciones de este caso el 2001, el ex congresista huyó a Estados Unidos. De ese país recién pudo ser extraditado el 2008 para ser juzgado. Le impusieron ocho años de cárcel, de las que cumplió seis años de encierra efectivo. Recuperó su libertad el 2014.
Fuente: La República
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