Del ‘dark kitchen’ al local físico, con un espacio de inspiración italiana y personalidad propia. Rossa tiene onda, sabor y variedad.
Un viejo refrán dice que nunca es buena idea hacer enojar a una mujer italiana. Suscribo, y añado que casi cualquier enojo se pasa cuando hay buena comida y buena bebida en la mesa. A Rossa (una italiana moderna que vive en Brooklyn, según cuentan sus creadores) me la imagino relajada y totalmente ‘chic sin esfuerzo’. Explosiva de vez en cuando a veces no hay remedio, fascinante, fabulosa, con amigos de todos los rincones del mundo y un apetito que siempre pide y busca más. Rossa es una mujer ocupada pero siempre tiene tiempo para su gran pasión: la pizza.
Por supuesto, el nombre que bautiza este espacio no tiene que ver necesariamente ni con una persona ni con un concepto específico: sí, más bien, con un sentimiento. Comida confortable de inspiración italiana con toques de autor, buen producto y propuestas que se salen del molde. Para que quede claro: este no es el sitio donde encontraríamos un spaguetti a lo Alfredo tradicional, pongámoslo así.
Sí hay por ejemplo un donut de stracciatella (queso); unas Rossa wings o alitas de pollo con salsa marinara agridulce y migas crocantes; un mac’n cheese cacio e pepe (queso y pimienta); o una lasaña boloñesa de bondiola, panceta y res. El menú puede parecer poco convencional, pero es muy fácil de entender en el paladar. Las vedettes de la casa, no obstante, son las pizzas.
En concreto, diez variedades hongos, carbonara, anchoas; el abanico de sabores es amplio que nacieron en el horno de Troppo, restaurante hermano perteneciente al mismo grupo (muy cerca de ahí) y que hoy son la mejor carta de presentación de este espacio independiente. Rossa empezó a través del delivery en el año más difícil de la pandemia (2020) y la cosa fue escalando hasta tener el local propio.
En octubre del año pasado estrenaron restaurante en San Isidro, hoy comandado por el chef José Luis Saumé. Detrás de Rossa están, además, los talentos de la empresaria gastronómica Rocío Madueño (Troppo y Lila Dasso) y el relacionista público André Bordarampé. Se vienen novedades en pastas frescas y la apertura de una terraza en el lado de Conquistadores del local estos días. Si prefiere quedarse en casa, descuide. El delivery de pizzas continúa tanto en aplicativos como en pedidos propios. Buon appetito.
Negroni para “tutti”
- La barmaid Lizeth Díaz (también responsable de la barra de Lila Dasso) ha armado en rossa una propuesta que combina técnica y creatividad. Hay versiones de cocteles clásicos como el amaretto sour o la sangría, y propuestas que se elevan un peldaño más arriba como ‘il capitano’, que en esta carta lleva pisco, punt e mes y cynar.
- La vedette de la casa, sin embargo, es la máquina que sirve negronis por ‘draft’ (como las cervezas) y que garantiza una temperatura siempre fresca de este trago a base de gin, campari y vermut.
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